Y sabes, tú lo sabes, y lo sabes muy bien,
que el sol se extinguirá. Lo sabes, si, lo sabes
y te enredas en un rayo de sol mirando al sol
y, el sol y tú, lloráis al unísono dolientes lágrimas de fuego,
y el sol y tú sabéis lo que sabéis.
La tierra… ¿Sabe acaso la tierra quién es ella?
Saber y no saber. Saber que no sabemos
y vuelvo a verte a ti aquella tarde en México
en que te vi ya muerta y le pregunté a Dios,
aunque yo no sabía muy bien,
y sigo sin saberlo, quién realmente es Dios,
lo que uno le pregunta y le pregunta a Dios.
¿Qué clase de hombre soy, si yo no hago la guerra
ni ando busca que busca el espejismo ciego del dinero?
Un hombre, un hombre soy: ¿Qué es ser un hombre?
Díganme, díganme: ¿Qué es ser un hombre? Tú, yo, nosotros, ellos.
Mujer, mujer, mujer, la que me amó y amé.
¡Oh, “el Eterno Femenino que nos Guía hacia lo Alto!”,
como dijo el poeta!
Tú lo sabes, lo sabes, yo lo sé, yo sé que tú lo sabes , que sabemos
que el sol se extinguirá, y me enredo y me enredo
en un rayo de sol y lloro y lloro y lloro y busco y busco a Dios.
¡Oh Dios!, ¡Oh Dios!: ¿En dónde estás Dios mío?
¿¡¡¡¡En dónde en dónde estás!!!!?
Fotografía de Jonathan Borba en Unsplash
Por Juan Cervera Sanchís
Poeta y Periodista Andaluz
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