El viento ha traído tus ojos acongojados a las ventanas de mi alma que se niegan a olvidarte amor mío.

Lagos de lágrimas nutridos y de remotos naufragios. Nocturnos lagos dormidos habitados por los sueños, aún fulgurantes...

Me moriré en París con aguacero, un día del cual tengo ya el recuerdo.

A mi país se le han ennegrecido las nubes colmo y calmo los pasos con nostalgia por un pasado tan violento como éste...

¡navega hombre en mis aguas! sumérgete como en una feria de pueblo, dale al océano tu rastro.

Trataré de rechazarla, Señor, inútilmente, como un surco que intenta rechazar el simiente. Era de otro. Era de otro que no la merecía...

Si te postran diez veces, te levantas otras diez, otras cien, otras quinientas: no han de ser tus caídas tan violentas ni tampoco, por ley..

Recordé que nuestra historia nunca se escribió entre rosas y días de sol. Silvia y yo nos conocimos en el bar que solía frecuentar...

El tiempo su garra ascética la madrugada un haz de tinta que pinta la palabra, es en la mala hora cuando el padre recuerda temeroso...

Él me enseñó los fundamentos para vivir los vientos de la vida...

La poesía queretana escrita por nativos y queretanos de corazón tiene una caudal temático, rítmico, lingüístico ...

Francisco Cervantes, poeta. 1º de abril de 1938, Querétaro / 23 de enero de 2005, Querétaro. La poesía queretana en su etapa contemporánea.

La Poesía de Salvador es tan queretana como el Acueducto, la Ciudad es uno los ejes poéticos donde recorre su órbita.

“José Dolores Frías es uno de los poetas más interesante de este grupo de figuras aisladas, lo distinguía un afán de experimentación...

Amo de La Cañada tu pintoresco burgo, la celda en Capuchinas que aprisionó al Habsburgo, la Cruz que del Imperio fue Cuartel General...

Cuando el día clava el cacho igual que un toro cansado y se va yendo la tarde detrás del último pájaro, veo venir los amigos...

El juego del abecedario danza en tu cuaderno. Las rondas que trae la maestra alegra los corazones. La escuela, tesoro de los hombres.

Por las costas de oriente y occidente doscientas millas entro a cada Océano sumerjo mano y mano y así me aferro a nuestro Continente...

El tiempo andaba solo, sin tiempo para nada, por el tiempo sin tiempo de su tiempo sin vida...

Y sabes, tú lo sabes, y lo sabes muy bien, que el sol se extinguirá. Lo sabes, si, lo sabes y te enredas en un rayo de sol mirando al sol...

Armando Tejada Gómez Recuérdame esta noche y nómbrame en tu idioma, amor mío, muchacha, territorio de pájaros, nómbrame en las ciudades...

Poema Babilonia de Juan Cervera Sanchís

Primero un aire tibio y lento que me ciña como la venda al brazo enfermo de un enfermo y que me invada luego como el silencio frío al cuerpo